Mucho se ha dicho sobre la televisión y el cine y sobre todo acerca de la influencia sobre los niños y jóvenes, ademas que es la causante de la desunión de muchas familias.
Puede ser que lo dicho anterior tenga algo de verdad, pero desde un punto de vista irregular, pero más allá de eso debemos rescatar lo bueno de cada cosa, por que el pecado se expande pero no cubre y el cine es uno de esos casos.
El séptimo arte se ha inundado de cine comercial donde la acción y las relaciones superficiales son loa gallinita de huevos de oro, pero existe títulos que buscan dejar un mensaje en el espectador, al mismo tiempo que entretienen, por que hay que dejar algo claro, el cine nació para entretener.
Por lo tanto descubrir en diferentes títulos un mensaje que busca profundizar en los sentimientos humanos y algo más importante despertar en cada uno de nosotros algo llamado valores, si suena curioso, pero el cine se esta inclinando a buscar aquello que nos conmueve y nos motiva a ser mejores personas, por que la amistad, la responsabilidad, la honestidad y la perseverancia son valores que ahora son prioritarios a la hora de construir personajes y la forma para convivir con ellas en un mundo más complejo y en algunos momentos lleno de vacíos que viajan a mil por hora.
Descubre que nuestro alrededor Dios nos habla, Dios nos escucha, y al igual cuando vas al cine y permaneces en silencio para que una gran luz llamada pantalla llene de buenos mensajes tu mente, así es Dios, busca la mejor practica de la filosofía, aprende a mezclarte con la quietud de tu entorno y camuflarse con el silencio y pasividad de un lugar tranquilo, para que escuches aquel mensaje que dará el mejor entretenimiento a la vida llamado fe.
Autor: Carpe Diem
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